Introduccion

Las supervivientes y las víctimas de violencia de género deben recibir la mejor atención posible por parte de aquellas organizaciones, equipos y profesionales que, directa o indirectamente, ofrecen atención sanitaria y apoyo. Los y las profesionales desean y deben proporcionar asistencia de calidad, centrada en la persona, algo que sin embargo no es una tarea fácil. La razón de ser de este proyecto es ayudar a ofrecer esta asistencia de calidad a las víctimas de VG, contribuyendo a través de la formación a superar el paso desde  la decisión y  compromiso a su puesta en práctica.

Cuatro organizaciones de diferentes países se unieron para poner en común nuestros conocimientos y experiencias. Nuestro propósito es ofrecer formación práctica, adaptable y de calidad, así como herramientas didácticas que se puedan aplicar en diversos contextos y países, que mejoren la transferencia a la práctica de las enseñanzas adquiridas en las actividades formativas.

El programa de ayudas Leonardo da Vinci, que ha financiado este proyecto, forma parte del Life Long Learning Fund de la Unión Europea. Este proyecto se basa en el principio del aprendizaje compartido (de nuestras experiencias directas) y también en la compilación y respuesta a las observaciones de los participantes con los que hemos trabajado en cada uno de los cuatro países. No se trata pues de un proyecto de investigación en sentido clásico. Su metodología se fundamenta, deliberadamente, en la experiencia de participantes y formadores y formadoras, en identificar los obstáculos que hallan durante el aprendizaje y los métodos y herramientas que, según su testimonio les han resultado más útiles.

Esperamos que este kit de herramientas contribuya a concienciar acerca de la violencia hacia las mujeres , mediante la ampliación de conocimientos y la capacitación de aquellos que lo utilicen.

En primer lugar se recogieron los testimonios, observaciones y opiniones de los participantes, tanto de aquellos con conocimientos previos sobre el tema como quienes carecían de ellos. El conjunto de los participantes incluía profesionales de medicina, enfermería, psicología, psicoterapeutas, educadores, otros trabajadores sanitarios y orientadores (advocates). Por otra parte, incluía tanto a que ya están trabajando en violencia de género y sexual como a aquellos que precisaban conocimientos básicos para la identificación de las víctimas, el apoyo inmediato y la posterior derivación y canalización . Queríamos saber cuál era en su opinión tanto sobre lo que mejor había funcionado en su formación, como lo que no había sido de utilidad, qué aspectos faltaban o podían mejorarse, que obstáculos encontraron al poner en práctica lo aprendido, y cómo aplicaron estos conocimientos en su profesión.

Esto se tradujo en una serie de temas en torno a los cuales podía elaborarse el kit de herramientas. Los principales hallazgos fueron los siguientes:

  • Insuficiente compromiso en las organizaciones tanto para percibir la importancia de la violencia de género como problema prioritario de salud y apoyar a los y las profesionales participantes para llevar a cabo la formación, así como  a la hora de prestar apoyo para aplicar lo aprendido para que resulte de utilidad en sus practica clínica.
  • Las cuestiones emocionales asociadas a la formación pueden dificultar el aprendizaje o hacer más complicada su puesta en práctica. La opinión general era que la aplicación de lo aprendido necesitaba apoyo continuado; por ejemplo, supervisión clínica o revisión y discusión entre los propios compañeros y compañeras del equipo
  •  A nivel organizativo y de equipo, se observó que consideraban necesario disponer de datos, cifras, evidencias e información que permitan ver la magnitud y gravedad de este  También expresaron  que la formación en sí debería centrarse en herramientas prácticas y ser impartida por personas expertas que pudieran hablar a partir de su propio trabajo y su experiencia. Hay que señalar que nuestros participantes dieron una alta valoración  a la técnica de role-play, y comprobaron que aprender mediante la práctica (esto es, representar,  observar, ser observado y recibir feedback) es esencial en esta materia.
  • La evaluación detallada de las diferentes necesidades se incluye en el apéndice 4. b.

Utilizando los temas principales de la evaluación de necesidades, hemos desarrollado una propuesta de las herramientas, centrándonos en los requerimientos organizativos/de equipo, de los y de las docentes y del alumnado. La evaluación de necesidades se llevó a cabo en los cuatro países mediante cuestionario común, y tras su procesado y análisis, ser utilizadas en la elaboración de este kit de ayuda para la formación .

Hemos establecido una serie de herramientas amplia y variada, a propósito, para que los usuarios puedan emplear unas u otras de forma flexible según sus programas de formación, necesidades y objetivos, y también según los obstáculos encontrados y el tipo de participantes a los que se dirijan.

Las herramientas comprenden desde aquellas genéricas que pueden aplicarse a la formación en casi cualquier materia, hasta aquellas específicas de la formación en violencia de género. Las herramientas genéricas se centran en aspectos que tienen que ver con los compromisos de la organización, la justificación de la formación, aspectos organizativos, logísticos.

Contempla también como llevarla a cabo y cómo evaluar la formación y su aplicabilidad en el lugar de trabajo. Se incluyeron en nuestro análisis de necesidades se concluyó que la formación en esta materia requiere una organización bien planificada y sólida, en mayor medida que en otras materias. El personal que reciba esta formación tendrá probablemente más dificultades para aplicarla, que si se tratase de formación en cómo organizar nuestro tiempo o de formar en diabetes. En nuestro caso, los participantes declararon una y otra vez que las barreras organizativas estaban entre las más importantes a la hora de aplicar lo aprendido en su lugar de trabajo.

Por otro lado, las herramientas específicas se han diseñado para identificar también los problemas personales y emocionales que pueden aparecer en la formación sobre violencia contra la m mujer, y para proporcionar soluciones prácticas.

Este conjunto de herramientas está estructurado para normalizar las materias, con la esperanza de que haga fácil su aplicación a la práctica. Disponer de formadores y formadoras que se ocupen de las reacciones emocionales y las experiencias personales a veces compartidas durante la formación, y posteriormente proporcionen apoyo, es necesario para una adecuada asistencia a los y a las participantes. Estos cuidados y apoyos para el trabajador y trabajadora son esenciales para asegurar al paciente una asistencia de calidad, tanto ahora como en el futuro. Reconocer el impacto que puede suponer para loso las profesionales trabajar con los traumas relacionados con la violencia de género y ofrecer el apoyo adecuado durante la formación y después de ella, es clave para nuestro objetivo de ofrecer la mejor asistencia posible a víctimas.

Nuestras cuatro organizaciones aportaron diversas experiencias y especificidades para esteproyecto y el trabajo conjunto con unos objetivos claros, dio lugar al kit de herramientas. S.I.G.N.A.L. e.V. es una organización radicada en Berlín que apoya y desarrolla intervenciones en el sector sanitario para hacer frente a la violencia de género. El Departamento Universitario Clínico de Psicología Médica, Psicotraumatología y Terapia de Trauma de Austria, ha proporcionado al proyecto su experiencia en materia psicológica y lidera la puesta en marcha del trabajo de cribado e identificación para los equipos de enfermería del hospital de Innsbruck. La Gerencia Regional de Salud de Castilla y León (SACYL) en España es el órgano gestor del servicio regional de salud. En 2008, puso en marcha el servicio de detección de víctimas de violencia de género y de la asistencia a éstas en atención primaria de la CCAA. Haven´s Centers, en Londres, son el mayor servicio de centros de atención integral para víctimas de agresiones sexuales del Reino Unido; proporcionan asistencia directa a las víctimas de agresión sexual y violación, desde exámenes médicos forenses hasta seguimiento psicológico continuado.

Cuando en el siguiente texto hablamos de violencia contra la mujer ó violencia de género, nos referimos principalmente a la situación de las mujeres que han sufrido dicha violencia por parte de hombres. Esto se debe a las diferencias entre ambos sexos respecto a la prevalencia y las consecuencias de esta violencia, así como a la diferencia respecto a cómo se ven afectados las víctimas . Por otro lado, aunque hay pocas investigaciones acerca de los hombres que son víctimas de violencia doméstica o sexual, un reciente estudio (The Crime Survey en Inglaterra y Gales, 2012-13) reveló que la violencia de pareja se produce no solo de hombres a mujeres, sino también de mujeres a hombres y en parejas del mismo sexo, resultados que debe ser analizados y tomados en consideración para conocer las necesidades de apoyo y proporcionar una respuesta profesional adecuada sea cual sea el sexo de la víctima

*En el Apéndice puede encontrarse más información acerca de nuestras organizaciones.

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